Es tedioso, ¿no lo crees?
Nuestros días se han vuelto así: Te. dio. sos.
Levantarte, desayunar, trabajar, comer, trabajar, dormir...
Es tan rutinario que cansa y aburre.
Pero ¡Hey, sonríele a la vida!
(Eliz, estamos en cuarentena)
¿Cuarentena? Eso ya lo sé, pero...
(Entonces, ¿cómo pretendes que sonría si me aburro?
Ésto no es vida, Eliz.)
Oye, eso no es excusa, digo; al menos estás en tu casa.
(¿A qué te refieres con ´al menos´?)
Oh, no lo habías pensado así, ¿cierto?
(Explícate, no te entiendo.)
Bien te explicaré...